jueves, 9 de junio de 2011

COMO SEMBRAMOS EL COHEFICIENTE INTEGRAL EN NUESTROS NINOS Y ADOLECENTES


Hola amigos hoy culmina otro ano academico para nuestros ninos y adolecentes, el cual coincide con el inicio del verano en el Norte de America. Particularmente me siento muy feliz de observar que cada dia mis hijos crecen con un componente muy especial, ya que llegando a la etapa de la adolecencia son capaces de disernir, escoger y tomar sus propias desiciones muy concientes de que cada etapa de su vida es un proceso con aciertos y desaciertos que los fortalece y los convierte en seres mas seguros, con la firme conviccion de que el exito se alimenta dia a dia del disfrute y la viviencia diaria para llegar a la meta propuesta.

Estoy plenamente convencida como madre y coach de que estamos atravesando por una crisis tanto externa como interna. Externa en cuanto afecta a las condiciones materiales de nuestra existencia y de la vida en el planeta, e interna porque se relaciona estrechamente con nuestra naturaleza humana y nuestra forma de construir conocimiento y sentido. Y es en este punto, donde debemos enfocarnos como promotores de cambios facilitando y promoviendo el desarrollo de la conciencia, la voluntad, la comprensión y el compromiso, como dimensiones estratégicas del aprendizaje y la enseñanza de condición humana.

Sin embargo la educación también continúa en crisis, una crisis de la que ya nos alertó Iván Illich hace más de cuarenta años, cuando nos mostraba la extraordinaria y alienante confusión entre "escolarización" y "educación". Y es que los sistemas educativos de nuestro tiempo han alcanzado tal grado de burocratización y tecnologización al ritmo de la expansión de los mercados, que difícilmente podemos encontrar ya en ellos algo diferente a saberes puramente utilitarios y/o adaptativos. Pero además, porque dichos sistemas supuestamente educativos, están más preocupados y ocupados en vender acreditaciones y proporcionar competencias y habilidades profesionales, que en crear las condiciones y mediaciones necesarias para que cada ser humano conquiste de forma original y autónoma su propia humanidad.

¿Qué queda dentro de nuestro ser, cuando después de haber pasado toda una vida entera en las aulas, nos damos cuenta de que toda la información y el supuesto conocimiento recibido y legitimado socialmente, únicamente tiene un valor de cambio perecedero y caduco? ¿Qué recordamos de nuestra experiencia escolar y académica como más valioso para nuestras vidas? ¿O es que nuestro paso por las escuelas y universidades no es más que una liturgia y un obligado requisito para sobrevivir en una sociedad de mercado en las que ganancia, apropiación, desigualdad y consumo ilimitado, siguen siendo de una y mil formas su fin y su medio? ¿Qué nos han aportado nuestros estudios y certificaciones al conocimiento de nosotros mismos y nuestras vinculaciones y conexiones con la sociedad y la naturaleza? ¿No será que el conocimiento adquirido y construido se ha quedado hipertrofiado y nada nuevo somos capaces ya de generar, como no sea en términos de mayor burocratización y mercantilización? ¿Es que acaso nuestras instituciones académicas y escuelas consiguen los resultados esperados que declaran en sus siempre paradisiacas visiones, misiones y valores? ¿No será que nuestra simplificadora y disciplinaria mente escolarizada es incapaz de concebir nuevas formas de pensar, sentir y hacer educación? ¿O no será que la educación amplia y formalmente entendida es un fenómeno que sucede fuera de las aulas y en los márgenes de éstas?

Por todo ello, los padres tenemos la gran responsabilidad de actuar ante esta realidad aumentando la capacidad y el desarrollo de nuestros hijos con factores como la musica que nos permite facilita el aprendizaje de la lectura, de la escritura y de las matemáticas, así como tambien provoca una inspiracion hacia la creatividad y la innovacion aportando un amplio espectro al desarrollo humano integral (conciencia, mente, espiritu y fisico).

Muchas investigaciones llevadas a cabo un estudio muestra que las respuestas del cerebro pueden evolucionar de manera diferente en el transcurso de un año, según los niños hayan sido formados o no en el conocimiento y la experiencia musical.

Estos cambios tienen una relación directa con las mejores habilidades cognitivas constatadas en los niños que practican la música, lo que constituye una evidencia de que el aprendizaje musical tiene un efecto positivo sobre la memoria y la atención de los más pequeños, lo que indica la conveniencia de que la música debería formar parte de la enseñanza maternal y primaria. 
 
Articulo elaborado con notas tomadas del Dr. Juan Miguel Batalloso

Tu ecoach Gaby!!!

No hay comentarios: